Como la obra de Goya refleja el momento histórico en que vivía

La obra de Francisco de Goya ejemplifica “las cosas de este mundo y por la vida de todos los días.”[1] Durante el periodo en que vivió, el Siglo de las Luces, España se encontraba en un estado del deterioro. No hacía mucho tiempo que España gozaba de su siglo de oro como imperio más grande del mundo, pero durante la vida de Goya, el prestigio de España decayó rápidamente. España no solo perdió el control de la mayoría sus colonias, sino perdió control de si misma también. Napoleón Bonaparte invadió y le dio a su hermano José control de España por medio de la traición, cual acción resultó en el conflicto violento, conocido como la guerra de independencia. Goya, siendo “español hasta los tuétanos,” fue muy afectado por el estado miserable de su patria, y su desilusión con los conflictos armados tuvo mucha influencia en sus obras de la segunda mitad de su vida.

Su pintura más famosa, El tercero de mayo, fue inspirado por los violentos hechos de la fuerza francesa de los cuales Goya mismo fue un testigo. En este cuadro, se ve los fusilamientos de unos campesinos desarmados por los franceses. La camisa blanca del hombre principal representa la inocencia de España. Sus brazos, extendidos a los cielos, aluden a la crucifixión de Jesucristo. Estos símbolos, combinados con el hecho de que solo se ven las caras de los españoles y no las de los franceses, indican que los individuos españoles fueron las victimas inocentes, matadas por un poder cruel que solo se preocupaba por sus propios intereses y no el bienestar del pueblo común.

La desilusión con el estado de España que Goya tenía siguió incrementándose a lo largo de su vida. Sus pinturas negras, hechas cerca del fin de su vida, también contienen simbolismo de la crueldad e injusticia humana. Su obra Saturno devorando a su hijo representa el dios greco devorando a su propio hijo porque temía que su hijo le derrocaría. El egoísmo de Saturno es el mismo egoísmo que demostró Francia en la guerrea de intendencia. En vez de criar a los españolas, se vieron obligados a matarlos para conservar su propio poder. Este tipo de actitud es lo que molestó a Goya como se ve en muchas de sus pinturas.

[1] España y su civilización, pág. 131