El lago y las montañas

A pesar de solo ser una ilusión, Don Manuel todavía tiene una influencia real, grande y buena en Valverde de Lucerna.

Escrito por Miguel de Unamuno, San Manuel Bueno, mártir es una novela, ubicada en una aldea llamada Valverde de Lucerna, que trata del carácter y los hechos de un cura llamado Don Manuel. La narración viene desde el punto de vista de una aldeana llamada Ángela Carballino, quien, con el resto del pueblo, está encantada de Don Manuel. La narración se fija en la costumbre que tiene Don Manuel de involucrarse en los asuntos personales de los aldeanos, compartiéndoles las enseñanzas de la iglesia católica para ayudarles a tener más unidad entre si. Sin embargo, se revela que Don Manuel no es creyente en la religión que predica, pero se finge tener fe en ella porque, según él, es la herramienta más eficaz que se puede usar para ayudar al pueblo a mejorarse, cual siempre ha sido su meta principal. Para ilustrar la desconexión entre la imagen perfecta que los aldeanos tienen de Don Manuel como hombre de Dios y su carácter real e incrédulo, Unamuno emplea simbolismo en sus descripciones del escenario de la aldea con el fin de contrastar entre las dos percepciones generales de Don Manuel.

Primero, al lado de Valverde de Lucerna, se ubica un lago dentro del cual, según la leyenda del pueblo, está sumergida una versión escondida y espiritual de la aldea. Este pueblo secreto representa lo espiritual que no se ve y exige que una persona crea que existe mientras el pueblo que se encuentra en la tierra representa lo real y material que no requiere tener fe para percibirlo. Más de una vez, se compara los ojos de Don Manuel con el lago: “había en sus ojos toda la hondura de nuestro lago…se llevaba las miradas de todos, y tras ellas, los corazones, y él al mirarnos parecía traspasando la carne como un cristal, mirarnos al corazón.” Lo que los aldeanos ven en el rostro de Don Manuel es el lago, o sea, la espiritualidad. Sin embargo, otro acontecimiento muestra que tal como el pueblo espiritual está escondido en el lago, la verdadera falta de espiritualidad que tiene Don Manuel está escondido del pueblo real. 

Mientras Don Manuel está recitando el credo católico, él deja de hablar cuando llega al parte que trata de la resurrección. En este momento “la voz de Don Manuel se zambullía, como en un lago, en la del pueblo todo, y era que él se callaba.” En efecto, Don Manuel les distrajo a los aldeanos con la espiritualidad para ocultar su propia falta de creencia en el mismo modo en que el agua del lago oculta al pueblo sumergido. Al callarse en este momento, él demuestra que no cree en la doctrina que está enseñando.

Además de haber simbolismo sobre el carácter de Don Manuel en el lago, hay simbolismo de él en la montaña. Ángela, después de volver de un colegio afuera de Valverde de Lucerna, comenta: “ya toda [Valverde de Lucerna] era Don Manuel; Don Manuel con el lago y con la montaña. Llegué ansiosa de conocerle, de ponerme bajo de su protección, de que él me marcara el sendero de mi vida.” Las montañas son un refugio a que la gente se acuden. No se mueven, ni por las fuerzas más poderosas del mundo. Siempre se ven en cima de todo, como punto de referencia para no perderse. Y así es Don Manual en la vista de Ángela y los otros aldeanos: quieren que él les proteja y guíe, tal como una montaña da refugio y dirección.

Sin embargo, Don Manual no es semejante de las montañas debido a que él no tiene una base de fe y todo lo que hace en el nombre de Dios es una ilusión. Una montaña sin base no puede ser una montaña, y un cura sin la fe fundamental cristiano no puede ser un cura. Se muestra este concepto al hablar sobre su decisión para quedarse en Valverde de Lucerna en vez de irse a otro sitio: “él no quería ser sino de su Valverde de Lucerna, de su aldea perdida como un broche entre el lago y la montaña que se mira en él.” El reflejo de la montaña en las aguas del lago solo es una ilusión tal como la fe inmensa de Don Manuel solo es una ilusión. Según esta descripción, Don Manuel también se encuentra en medio de la montaña y el lago, un lugar que representa la forma en que, por un lado, que es el punto de vista de los aldeanos, él se parece a hombre de Dios y al lado opuesto, que es su propia punta de vista, no posee esta espiritualidad.

Este simbolismo se repite varias veces a lo largo de la historia para seguir enfatizando la desconexión entre Don Manuel el creyente y Don Manuel el incrédulo. Justo antes de morir, él hace referencia al lago y las montañas, diciendo, “vivid…esperando que todos nos veamos un día en la Valverde de Lucerna que hay allí, entre las estrellas de la noche que se reflejan en el lago, sobre la montaña.” La Valverde de Lucerna a que se refiere es la que está sumergida en el lago, la que no se puede ver y requiere que uno tenga fe en su existencia. Don Manuel emplea los últimos momentos de su vida para invitar a los aldeanos a vivir esperando para verse otra vez en este lugar espiritual, otra vez predicando al pueblo algo en que él no cree. Sin embargo, él lo comparte, sabiendo que es mejor que los aldeanos vivan con esta esperanza aún si él no la tiene. 

Después de su muerte, los aldeanos siguen asociando el lago y la montaña con Don Manuel: “nadie en el pueblo quiso creer en la muerte de Don Manuel; todos esperaban verle a diario…pasar a lo largo del lago y espejado en él o teniendo por fondo las montañas.” Tal como la montaña siempre se queda igual, la memoria de Don Manuel y su grandeza permanece vivo en las mentes de los aldeanos. E igualmente, la imagen de verle a Don Manuel espejado en el lago se queda con los aldeanos, mostrando que la ilusión que él les daba de ser hombre creyente es la versión de Don Manuel que recuerdan, aunque no refleja la persona que realmente era. 

El lago y las montañas simbolizan el carácter y ministerio complejos de Don Manuel. En la superficie de su carácter, él parece creer mucho en su religión mientras por dentro, no la cree, tal como en la superficie del agua del lago, se aparece la imagen de una montaña, pero no es nada más de una ilusión de la montaña real. Dentro del agua, está escondido un pueblo espiritual que solamente se puede percibir con la fe. En términos materiales, este pueblo en el lago no existe. Los aldeanos relacionan este lago con Don Manuel, creyendo que dentro de él hay un centro espiritual, aunque no lo hay. A pesar de solo ser una ilusión, Don Manuel todavía tiene una influencia real, grande y buena en Valverde de Lucerna. Esta influencia existe en el mismo modo que el lago y las montañas existen, pero tal como ni el reflejo de la montaña en el lago ni la aldea sumergida en el son reales, la fe dentro de Don Manuel no es real tampoco.