Escrito por Jorge Luis Borges, “El etnógrafo” es un cuento que trata de una investigación sobre la cultura e idioma de una tribu nativa americana hecha por Fred Murdock, un universitario, con el fin de averiguar una “doctrina secreta” de la tribu. Fred estuvo entre la tribu por dos años, viviendo como este pueblo vivía hasta que por fin llegó el día que él supo la doctrina secreta. Borges, por medio de esta narrativa, expone la filosofía de que no se puede explicar la realidad, ni siquiera por el lenguaje escrito ni hablado. Para enseñársela al lector, se usan varios elementos literarios; entre ellos, se incluyen controlar el tamaño del cuento, limitar el dialogo para dar más énfasis a lo que se dice y hacer Fred y su profesión símbolos.
Borges, funcionando como narrador, cuenta la historia en una forma muy breve y sin muchos detalles para mostrar que ni él puede explicar íntegramente la realidad. Su voz suena con un tono incierto sobre el pasado, manifestando al lector la naturaleza imposible de reconstruir con exactitud la realidad en forma fidedigna que se puede transmitir desde una persona a otra. Las frases inciertas como, “se llamaba, creo, Fred Murdock,” y “tal fue, en esencia, el diálogo,” indican que ni Borges no sabe si lo que está diciendo es realmente lo que sucedió. Ya que la memoria se puede fallar, es una cosa incierta en la cual no se puede basar la realidad. Al limitar la duración del cuento y reconocer su incertidumbre en los detalles del acontecimiento, Borges destaca la imposibilidad de explicar íntegramente lo que es real.
Más aún, la experiencia que tuvo Fred al rendir cuentas de su experiencia al profesor es otra indicación de lo que Borges quiere manifestar al lector es la imposibilidad de experimentar la realidad de segunda mano. Esta conversación es el único trozo de diálogo en el cuento, un hecho que señaliza la importancia de estas palabras de Fred: “en esas lejanías aprendí algo que no puedo decir…podría enunciarlo de cien modos distintos y aun contradictorios.” En esencia, Fred está diciendo que es una tarea irrealizable hablar en abstracto sobre una realidad concreta. Él sigue reanudando que la única manera por la cual alguien puede entender la realidad al proclamar: “el secreto, por lo demás, no vale lo que valen los caminos que me condujeron a él. Esos caminos hay que andarlos.” La palabra “secreto” representa la realidad absoluta e integra de la manera de vivir de la tribu nativa americana que, según este cuento, solo se puede entender al vivirla, cual idea es el mensaje sobresaliente de “El etnógrafo.”
Además, al considerar la caracterización de Fred, se halla elementos simbólicos en él que demuestran como la moraleja principal del cuento—que solamente se puede entender la realidad al vivirla—se aplica a todas personas. Fred Murdock no es una persona única, un hecho mostrado por las palabras empleadas por Borges para describirlo: “era alto a la manera americana…nada singular había en él.” La persona que pasó los dos años entre la tribu nativa americana no tenía que ser Fred Murdock; podía haber sido cualquiera otra persona que estuviera dispuesto a dedicarse a si mismo a este proyecto. La única cosa que dejó que el Señor Murdock supiera “la doctrina secreta” de la tribu fue el hecho de que estuvo entre ellos. Si otra persona hiciera la misma cosa que hizo él, aprendería la doctrina también. Al ser una persona común y corriente, Fred simboliza la universalidad de la filosofía de Borges, que todos tienen que vivir la realidad para verdaderamente conocerla. Recorrer el mismo camino que Fred viajó es lo que otra persona tendría que hacer para aprender lo que él aprendió.
A pesar de saber la “doctrina secreta” de la tribu, Borges le señaliza al lector que este conocimiento no tuvo un impacto predominante en la vida de Fred. Pero, lo que sí le impactó fue la jornada. Para resumir el resto de la vida de Fred, Borges solo emplea esta oración corta: “Fred se casó, se divorció y es ahora uno de los bibliotecarios de Yale.” La vida de Fred no es única; esta descripción vaga podría describir la vida de muchas otras personas. A lo mejor, esto es lo que le habría sucedido aún si él no hubiera pasado el tiempo con los nativos americanos dado que el conocimiento de una “doctrina secreta” no es necesario ni para casarse, divorciarse o hacerse bibliotecario.
Sin embargo, su profesión de ser bibliotecario alude que Fred verdaderamente entendió la idea que le dijo al profesor: “lo que valen los caminos que me condujeron a él.” Un bibliotecario es una guía de aprendizaje, ayudando al viajero a hallar el conocimiento necesario para que aprenda. No se puede entender todo sobre un libro solo al leer el título; hay que profundizarse en él y hacer una jornada página tras página. Este es como Fred tuvo que pasar tanto tiempo conociendo los nativos americanos para verdaderamente llegar a saber su secreto. El hecho de que se hizo bibliotecario significa que seguía con el conocimiento de que la realidad no se expresa fácilmente y que uno solo puede entenderla al buscarla y vivirla.
En resumen, “El etnógrafo” es una representación textual de la idea que la realidad solo se puede entender con tal de que una persona la experimente por si misma. La forma en que Jorge Luis Borges escribió este cuento, haciéndolo corto y dándolo un tono incierto, le muestra al lector como la realidad no se puede transmitir de una persona a otra. Borges también hizo que Fred Murdock fuera una persona común y corriente para demonstrar que lo que valen más son las experiencias de la vida en vez de la persona que esté experimentándolas. Para que una persona entienda como es vivir algo que no sea familiar, tiene que andar el camino de la vida por si misma; no puede recibir este conocimiento por ningún otro medio.